1923 es un año clave en la vida del padre Morillo. El prepósito general de la Compañía, secundando los deseos del papa Pío XI, pide voluntarios para Rusia, a fin de ayudar a los jesuítas que, con permiso del gobierno, habían establecido cocinas económicas para aliviar la penuria del país. El Padre Morillo fue uno de los voluntarios. Pero primero tuvo que cursar los años de estudios sacerdotales que le faltaban, cursos que realizó en Granada, Ecuador y, de nuevo en España, en Sarriá(Barcelona), tras dos años de enseñanza en Bolivia.
La ocupación alemana de Polonia, en 1939, le obliga a abandonar aquella nación , que él consideraba su segunda patria. La Nochebuena de ese año la pasa ya en Madrid.
Y aquí comienza la gran obra ecuménica de retaguardia del padre Morillo. Funda la Obra del Oriente Cristiano y el Centro de Estudios Orientales. Sus charlas, conferencias y artículos, a través de las revistas"Oriente Europeo", "Oriente Cristiano" Y Radio Nacional de España son seguidos con enorme interés. Un movimiento importante surge a la sombra de su palabra y su misterio.
Hombre de un dinamismo extraordinario y una inteligencia privilegiada -dominaba doce idiomas- , dotado de un especialísimo don de gentes y una bondad sin límites, el padre Morillo fue el primer español que hizo de su vida"puente de amistad" entre las iglesias separadas. Su labor no se redujo a la predicación de la palabra: de su pluma han salido numerosos libros sobre las iglesias orientales, teología, lenguas orientales y Sagrada Escritura.Murio en Madrid, tras penosa enfermedad, el año 1966.
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